Reciclo por convencimiento, propio, dentro de un orden. Últimamente tengo las fibras a flor de piel y, tal vez por no cometer mayores desatinos, he decidido focalizar mis sensibilidades en el reciclaje, también literario. No obstante, a medida que avanzan los caracteres se me van abriendo las carnes y acelera el pulso.
Reciclar está de moda, es tendencia. Y se impone, como todo lo que atañe al ciudadano, a golpe de sanciones que caerán sobre su conciencia de bolsillo. Más deberes, derechos no.
En cuanto aparece la expresión "concienciación ciudadana" asociada a multa, me huele a residuos orgánicos e inorgánicos de conciencia encubierta de intereses de la pecunia. El caso es sacar partido. El ciudadano recicla, pero sin contraprestación alguna. Que ahora la recogida de basura propia del contenedor amarillo se recoge tres días a la semana (según la zona) pues a aguantar toca, que no es cuestión de ser un desalmado. La tasa de basura tampoco se toca.
Así que no me venga la Administración de turno con zarandajas apelando a la conciencia de la ciudadanía y porcentajes ejemplares de Noruega, Suecia o Finlandia; en donde, entre otras medidas, la ley obliga a cualquier establecimiento que venda botellas y envases acogidos al sistema de devolución a aceptarlos, resarciendo al consumidor con una cantidad estipulada por retorno de botella de cristal, de plástico o lata de bebida. Una forma como otra cualquiera de estimular la "conciencia ciudadana" o con la bajada de impuestos, según la cantidad de basura reciclada (contenedores con código incluido). En España no, aquí la conciencia se utiliza como mejor conviene.
Ahora ha surgido otra variante... y apelando a la salvación del medio ambiente y del planeta, diferentes empresas están comunicando a sus clientes que "su factura en papel ha cambiado automáticamente a formato electrónico". Es otra manera de cargar sobre la conciencia de los ciudadanos la destrucción del planeta. ¡Lo que faltaba!
Con tanta carga habrá que reciclar las falsas conciencias manipuladoras, no sólo los residuos.
© 2013
Reciclaje desde mi punto de vista es una palabra mucho mas amplia que lo que podamos imaginar.
ResponderEliminarDeberíamos de adoptarla cada uno de nosotros y aprender a ejecutarla, no solo con los residuos, sino también con personas e instituciones o leyes que están obsoletas y merecen ser enviadas a su correspondiente contenedor.
Sobre todo en este país que está claro que muchas cosas ya no funcionan bien.
reciclar (en España) significa "trabajar gratis para el alcalde"
ResponderEliminarconcienzudamente dejo el papel (la parte del pastel más valiosa) fuera del contenedor azul, para que quien lo necesite lo "reciclE",
Llevamos muchos años con el tema del reciclaje, va siendo hora de reciclarnos en todos los sentidos
ResponderEliminarPalermo- Sicilia- Nápoles -quince implicados investigados por trafico ilegal de basura,falsificación de documentos públicos y estafa al Estado.Ana Botella rehabilita a Florentino perez y Luis del Rivero con la implicación de contratos para gestión de puntos blancos esta figura, sale en los papeles de Bárcenas se libra de la investigación de los acuerdos con fomento.todo presuntamente .YO NO RECICLO-- saludos ninn
ResponderEliminarMenudo negocio se han montado algunas compañías con la excusa de proteger el medio ambiente. Jazztel y otras está denunciada por la FACUA ante el Instituto Nacional de Consumo por cobrar 1 euro por factura de papel enviada y siguen haciéndolo. Si llamas para protestar da igual. Así reciclan sus ingresos. Lo mejor darse de baja
ResponderEliminarJAZZTEL se pasa por ahi mismo las denuncias. SIGUE COBRANDO UN EURO POR ENVÍO DE FACTURA EN PAPEL
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