martes, 15 de julio de 2014

Los "jardines" de Ana Botella

Ana Botella, alcaldesa de Madrid, intensifica sus actos al aire libre. El buen tiempo propicia las "jiras campestres" en un entorno urbano, por lo que deduzco que el Ayuntamiento no debe tener prioridades más urgentes.

En el Jardín "El Capricho" inauguraba, hace seis días, la recuperación de La Venus de la Alameda y La Exedra, compuesto por Hércules y Ónfale, Baco con sátiro, y el busto de la duquesa de Osuna. En dicho acto la alcaldesa decía que "el regreso de estos dos conjuntos escultóricos revela el máximo interés del Ayuntamiento por devolver al pueblo de Madrid el patrimonio histórico artístico de la ciudad". Más adelante indicaba que habían formado parte de colecciones privadas hasta que el Ayuntamiento de Madrid las adquirió hace nueve meses por 30.000 euros, tras lo cual se procedió a "un exhaustivo proceso de limpieza y restauración".

Me pregunto cómo se puede "devolver" al pueblo algo que era de él, comprándolo. Tal vez el raciocinio y la lógica no tienen cabida cuando se trata de arte. Si además las esculturas se han sometido a un completo proceso de restauración... el cuidado que se les ha prodigado, en las colecciones privadas a las que pertenecían, no ha debido ser de lo más esmerado. Algo que también se escapa a mis prosaicas entendederas artísticas. Lo importante es que la alcaldesa nos ha completado "El Capricho", aunque el pueblo de Madrid no tenga, precisamente, caprichos, sino necesidades.

Y a los tres días, Ana Botella, en otro jardín. Máximo respeto por el motivo: la inauguración de un busto de Miguel Ángel Blanco, en un jardín que no existía y que se inauguraba al mismo tiempo.

Un jardín, hecho para la ocasión, en un tiempo récord, ubicado en un pico de terreno vallado con tela metálica -desconozco la titularidad-, al lado del Club de Tenis Chamartín, entre las calles Federico Salmón y la salida de la M-30 a la plaza José María Soler, en donde hasta no hace mucho se había aposentado un vagabundo, que tras desaparecer -vagabundo, con tela metálica incluida- pasó a ser ocupado como aparcamiento y que finalmente alberga el Jardín de Miguel Ángel Blanco. A día de hoy cerrado. A través de la verja se aprecia el busto, un parque infantil, algunos bancos, cuadrantes de césped y una construcción de una planta sin especificar finalidad.

Supongo que todo es mejorable, unas cosas más que otras.
© 2014

5 comentarios:

  1. Como le coja el gusto a esto de los jardines y sus inauguraciones van a desaparecer de Madrid todos los barbechos.
    Ahora entiendo lo de la insistencia en hacer cursos del Inem sobre jardinería, nos quieren dar trabajo a todos. Bueno, pues no estaría mal.

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    1. Se lo está cogiendo, el ayuntamiento tiene más en cartera

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  2. Se va de jardines por la contaminación de Madrid que no es buena para el cutis

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  3. ¡Pues vaya!. Se inaugura un jardín que está cerrado, y el otro día pasé por ahí y no ví una sola flor, ¿será la moda?. ¡Ah no!, calla, que es la crisis.

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  4. La construcción del jardín es una ¡terracita! que ya esta abierta. Terracería se llama, imagino que para contribuir a las arcas del ayuntamiento. ¿A quien le han dado la contrata?

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